Sello Formativo IPG

El Instituto Profesional IPG asume el compromiso de preparar profesionales y técnicos competentes, dotados de espíritu emprendedor, que actúen participativamente en relación a la actividad productiva y de servicios y, al mismo tiempo, propongan soluciones a los problemas que aquejan a su comunidad. Aspiramos a que nuestros titulados logren evidenciar las siguientes características que identifican el sello formativo que IPG promueve a lo largo de la formación de cada uno de sus estudiantes. El desarrollo de estas características requiere del trabajo mancomunado de cada una de las escuelas, sedes y direcciones centrales de IPG

CAPACIDAD DE LIDERAZGO

Propicia que los futuros profesionales egresados del IPG se constituyan en agentes de cambios favorables al desarrollo humano y al progreso social, económico y cultural, comprometiéndose a ser un activo participante de la promoción social y la generación de un mundo más amigable. Implica ejercer la tolerancia y desarrollar una capacidad reflexiva y crítica ante el proceso de cambio del mundo contemporáneo.

ÉTICA PERSONAL Y PROFESIONAL

Aporta capacidad de discernimiento para que los estudiantes aprecien e internalicen los valores y las virtudes deseables en el ser humano y la sociedad. Lo anterior hace necesario instituir un ambiente educativo apropiado para la vivencia de los valores fundamentales. De esa manera esperamos que nuestros estudiantes los tengan presente al momento de tomar decisiones que impacten en su medio laboral y/o afecten a las otras personas con las que comparten ese ámbito. La actitud ética permite asumir que el otro es un semejante al cual hay que considerar, respetar y promover; y a partir de esa convicción se generarán acciones que contribuirán a configurar una sociedad más humana, centrada en el uso responsable de la libertad. Todo ello para alcanzar una mejor calidad de vida individual y colectiva.

CAPACIDAD DE APRENDER A LO LARGO DE LA VIDA

IPG reconoce la necesidad de adquirir, actualizar y ampliar conocimientos y habilidades de manera continua en respuesta a los cambios sociales, tecnológicos y laborales de un mundo en constante transformación. Este enfoque promueve la educación como un proceso dinámico que trasciende los límites formales del sistema educativo, valorando tanto los contextos formales como los informales y no formales.